Tuesday, May 08, 2012

Alquiler de casas da respiro económico a algunos cubanos

Publicado el martes, 05.08.12

Alquiler de casas da respiro económico a algunos cubanos
Mimi Whitefield
mwhitefield@MiamiHerald.com

Santiago de Cuba -- Norma Arias Puente ha estado aprendiendo por más de una década el negocio de la hospitalidad desde una posición privilegiada de esta ciudad con una vista al Parque Céspedes y a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, con su estatua de un ángel tocando una trompeta.

Arias opera una “casa particular” —la versión cubana de cama y desayuno— y alquila dos espaciosas habitaciones.

Algo que ha aprendido desde que comenzó a hacer negocios en 1997, cuando el gobierno permitió por primera vez a los cubanos alquilar habitaciones en sus casas —lo había estado haciendo durante años por debajo de la mesa— es darle a los clientes lo que quieren.

En su versión de “cama y desayuno” se puede desayunar, por supuesto. Pero por un cargo extra, los huéspedes pueden ordenar almuerzo o cena, usar su cocina para preparar sus propios alimentos o tener su ropa lavada y planchada. Arias también ayuda con teléfonos celulares y otros problemas.

Casa Habana y Habana Vieja, administradas por el dentista retirado Emilio Nodarse, tienen incluso un bar completo en una terraza en la azotea con un cantinero a tiempo completo. Otras “casas” dan a sus huéspedes cervezas frías Bucanero y Cristal del refrigerador y habanos, por un cargo extra.

La mayoría de las “casas” cobran de $20 a $35 por noche, pagables en pesos convertibles (CUCs). Algunas dan desayuno gratis; otras cobran unos $3.

En la década de 1990, los cubanos que deseaban ganar algún dinero extra ofrecían habitaciones limpias, pero generalmente espartanas.

Pero cuando cambió la ley en 1997, permitiendo a las “casas particulares” registrarse como empresas, se desató realmente el espíritu empresarial para personas como Arias.

“Cuando salió la ley, dije: ‘Caramba, eso es para mí’”, manifestó Arias, una educadora retirada que ha vivido durante los últimos 41 años en su apartamento estilo colonial. “He aprendido este negocio con la práctica”.

Durante el pasado año, ha habido otros cambios que permiten a las “casas” alquilar más de dos habitaciones, contratar empleados que no son miembros de la familia para ayudar a cocinar y en la limpieza, y quienes reducen los impuestos mensuales por habitación de 200 a 150 pesos. Durante los períodos lentos, los propietarios también pueden cerrar durante el mes y no están obligados a pagar impuestos.

Ahora los huéspedes pueden viajar de un lado a otro de la isla, rentando habitaciones a los cubanos durante todo el recorrido. Algunas de las “casas” aparecen en guías turísticas como Lonely Planet; otras, en servicios de reserva por internet.

Pero para reservaciones por adelantado, la mayoría confía aún en el teléfono o en los intercambios de correos electrónicos, a menudo transmitidos por terceras partes.

Matthew Sellar, un investigador que reside en Londres, decidió llevar el concepto un paso más adelante. En su portal de internet Cubacasa ( www.cubacasa.co.uk) se puede hacer ver la casa que se desea alquilar, revisar un calendario para ver qué fechas están disponibles y reservar el lugar de inmediato.

El portal, con sede en Edinburgo, fue una consecuencia de los propios viajes de Sellar por Cuba. “No me quería quedar en un centro turístico. Si realmente quieres ver cómo es Cuba, debes quedarte en una ‘casa’”, dijo. “Pero encontré que era relativamente difícil reservar una “casa” desde el extranjero”.

Cubacasa carga un honorario de reservación de un 10 por ciento y entonces los huéspedes le pagan directamente al propietario de la casa cuando lleguen a Cuba. Sellar usa Moneybookers, una compaña de pagos en internet con sede en Gran Bretaña, para asegurar que ni la compañía ni los potenciales huéspedes infringen el embargo estadounidense contra Cuba o las leyes del Reino Unido.

Desde que el sitio web entró a funcionar en julio pasado, ha manejado más de 150 reservaciones y trabaja con unas 90 “casas”.

Sellar afirmó que ha tratado de profesionalizar el negocio de las “casas”.

A menudo, los dueños de las “casas” buscan la reservación más larga que pueden obtener, incluso si esto significa cancelar una anterior. Quieren garantizar que podrán pagar su impuesto mensual al gobierno. Pero Sellar afirmó que tales reservaciones han “sido tradicionalmente muy poco sólidas y no se materializan”.

Ahora, dijo, los dueños de las “casas” saben que los clientes a los que reservan se aparecerán y han comenzado a concentrarse en el mercadeo y desarrollar relaciones con los agentes de viaje y las guías turísticas.

Entre otros sitios de internet para la reservación de casas están MyCasaParticular.com, que recientemente tenía 254 lugares registrados a lo largo de la isla, y cubaparticular.com, que ofrece un “servicio de bienvenida” para recibir a los visitantes en el aeropuerto.

Pero los esfuerzos de mercadeo de algunas “casas” son más rudimentarios.

En Trinidad, una pintoresca ciudad colonial, personas con señales en que anuncian sus “casas” están en la zona de estacionamiento cuando llegan los autobuses de turistas a eso de las 5 p.m. Pero algunos visitantes encuentran una “casa” con simplemente caminar por la calle y buscar pequeñas señales con un símbolo azul que representa una línea de techo, cual indica que la “casa” está registrada con el gobierno.

Rebecca Mohr y Jan Kuhn, una pareja de alemanes, comenzaron su viaje de tres semanas a Cuba en la parte occidental de la isla en Pinar del Río y terminaron en Baracoa, en la parte oriental, quedándose todo el tiempo en “casas particulares”.

“Realmente te pone en contacto con el pueblo cubano. Es una gran experiencia”, afirmó Mohr, un abogado.

Las “casas” también atraen a algunos viajeros preocupados de que sus gastos de turismo vayan a las manos del gobierno.

MyCasaParticular.com, que es administrada por ABUC Media Network, con sede en Basilea, Suiza, indica que “está convencido de la importancia social y económica que cada visita de un turista a una ‘casa particular’ tiene para una familia cubana”.

A Mohr y Kuhn le gusto la variedad que encontraron. La pareja se quedó en casas que del 1850 en Trinidad a un lugar muy modesto en Viñales, con gallos cantando en el patio, perros ladrando en la noche y una vitrina que servía para dividir un dormitorio.

“Realmente estuvimos viviendo con esta mujer durante dos días”, dijo Mohr. “Ella era una simple campesina, pero sabía que su ‘casa’ estaba en Lonely Planet”.

http://www.elnuevoherald.com/2012/05/07/v-fullstory/1197827/alquiler-de-casas-da-respiro-economico.html

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